Estrés emocional y dolor mandibular

Estrés emocional y dolor mandibular

Uno de los aspectos que más influye en el dolor de los músculos de la masticación es el estrés emocional. Este factor participa de modo activo en al menos cinco de los trastornos musculares dolorosos y se considera desencadenante de ciertas patologías de la masticación como el bruxismo o el apretamiento.

Entre los trastornos musculares dolorosos que el estrés puede ocasionar están la cocontracción, el dolor muscular local, el dolor miofascial e incluso la mialgia crónica de mediación central.

Cocontracción y el estrés

Imagina esta situación, estamos comiendo unas palomitas y de repente mordemos un grano de maíz duro. La reacción de los músculos de la masticación en estos casos es la siguiente, los músculos que provocan el cierre de la boca se van a detener mientras que los músculos opuestos a estos, los que abren la boca, van a activarse súbitamente. Así, mediante esta reacción se protege nuestra boca del impacto que produciría ese grano de maíz. Este fenómeno se denomina cocontración, fijación muscular protectora, o coactivación.

La cocontracción no se considera una patología en sí misma, se trata de una respuesta que ofrecen los músculos ante una alteración con el objetivo de protegerse de una lesión

En el ejemplo anterior, la cocontracción se produce cuando durante la masticación nos encontramos un objeto duro con el que no contábamos. SIn embargo, hay otros factores desencadenantes como el estrés.

En el caso del estrés pasaría algo similar, la situación estresante nos llevaría a tensar unos músculos de manera sostenida y dolorosa, la cocontracción trataría de amortiguar esta tensión produciendo la reacción contraria. En principio, esta situación se desarrolla inmediatamente después de que se produzca la situación de estrés. Y para que sea saludable, esta debe durar poco tiempo. 

Pongamos un ejemplo, llevas tiempo queriendo hablar con tu jefe para pedirle un aumento de sueldo. Finalmente se presenta la ocasión y te cita para que vayas a su despacho al día siguiente por la mañana. Durante la noche estás dándole vueltas a la cabeza sobre cuál puede ser la mejor manera de explicarle por qué te mereces el aumento para que te lo conceda. No has dormido bien.

Al día siguiente durante la reunión notas que tu cuerpo está tenso, tus músculos están bastante rígidos, pero controlas la situación y todo va como tú querías. Tu jefe te dice que lleva tiempo pensando en ti para un nuevo puesto de más responsabilidad, así que te va a promocionar y tu sueldo va a mejorar considerablemente,

Cuando sales del despacho del jefe te sientes fenomenal, sin embargo notas que te duele bastante la mandíbula al abrir y cerrar la boca pero no sabes porqué. Este dolor te acompaña durante todo el día, además durante la comida notas que te cuesta abrir la boca con amplitud y te da la sensación de cierta debilidad muscular, pero no le das mucha importancia, estás feliz porque has conseguido lo que querías. Al día siguiente ese dolor ha desaparecido y puedes abrir y cerrar la boca con normalidad

Como puedes deducir, la situación de estrés ha desencadenado un apretamiento importante de la mandíbula. Uno de los músculos que ha intervenido durante este apretamiento es el masetero, uno de los más potentes del cuerpo. Es tal su fuerza que si no se controla puede llegar a fracturar la mandíbula, Sin embargo, para que esto no pase entran en funcionamiento otros músculos que ejercen la acción contraria, te hacen abrir la boca y dejar de apretar. Durante la entrevista para solicitar el aumento de sueldo han estado trabajando ambos músculos a gran intensidad pero de manera inconsciente. Este sobreesfuerzo es el que ha producido el dolor mandibular. Sin embargo, una vez que la situación se ha resuelto favorablemente, el apretamiento desaparece y con este desaparece también el dolor asociado.

Sin embargo, si no te hubieran dado el aumento de sueldo, es posible que la situación estresante no se hubiese resuelto, y siguieras aparentando tu mandíbula durante varios días. De modo que el dolor muscular se hubiera prolongado durante varios días. En ese caso, podríamos pasar a sufrir una verdadera situación patológica que pudiera desencadenar lo que se denomina dolor muscular local.

Para resolver una cocontracción y que no evolucione a una patología, debemos conocer el factor causante.

¿Cómo saber que estamos experimentando una cocontracción?

Lo que vamos a notar cuando nos enfrentamos a una cocontracción en los músculos de la masticación es que la amplitud de apertura de la boca se ve disminuida, y aunque no nos duele cuando estamos en reposo o nos duele mínimamente, si abrimos y cerramos notaremos cierto dolor o molestia. Esto estará acompañado de una sensación de debilidad muscular.

Si queremos resolver una cocontracción para que no evolucione a una patología, debemos conocer cuál es el factor causante ya que además del estrés existen otras causas que pueden producirla (presencia de un estímulo doloroso profundo o una alteración de las estructuras locales). 

Pero si la cocontracción ha sido producida por estrés, es evidente que debes ser capaz de controlarlo para que no te afecte negativamente. Para ello se recomienda técnicas de autorregulación física que te explicamos en este otro artículo.

Dolor muscular local y el estrés

El dolor muscular local es un trastorno de los músculos de caracter primario que resulta de una alteración del entorno de los tejidos musculares como respuesta a un uso excesivo muscular y que suele ser el trastorno muscular que con más frecuencia se consulta en los gabinetes dentales.

Se produce por distintas causas, pero una de ellas es el estrés. Normalmente el paciente acude a la clínica tras haber padecido una situación que aumentó el estrés emocional. Dicho episodio estresante desencadenó el dolor muscular y una serie de síntomas clínicos entre los que se encuentran:

  1. Problema en la estructura de la mandíbula: el paciente tiene dificultad para mover la mandíbula completamente.
  2. El dolor es leve cuando no se está usando la mandíbula, pero aumenta cuando se usa.
  3. La mandíbula se siente débil.
  4. Duele al tocar los músculos de la mandíbula.

 

Si el paciente no es capaz de atajar el problema, el dolor muscular se puede volver contínuo, lo que agravará el cuadro pudiendo desencadenar dolor miofascial o incluso mialgia crónica de mediación central. Los cuales son cuadros de dolor muscular bastante serios y que pueden afectar gravemente a nuestra calidad de vida.

Para conocer un poco más sobre dolor miofascial o la mialgia crónica de mediación central puedes consultar los siguientes contenidos específicos que tenemos en nuestro blog de Alidden.

Conoce el dolor miofascial en este enlace
Conoce la mialgia crónica de mediación central en este enlace

Si quieres conocer el origen de tu dolor muscular masticatorio puedes consultar este artículo para hacerte una idea antes de visitar a tu dentista.

¿Dolor muscular al masticar? Descubre más en este enlace
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