Dientes apiñados. Tipos.

¿Qué tipos de apiñamiento dental hay?

En función del grado de apiñamiento que exista lo dividiremos entre:

• Apiñamiento leve: son aquellos casos en los que uno o varios dientes se solapan pero que se pueden corregir fácilmente porque no hay que hacer grandes movimientos.
• Apiñamiento moderado: es este tipo de apiñamiento que se ve considerablemente pero que sigue pudiéndose tratar con ortodoncia o con stripping.
• Apiñamiento severo: en algunos casos graves de apiñamiento la ortodoncia no está indicada como solución inicial y se debe recurrir a otras técnicas como el stripping o la exodoncia.

En cambio, si nos centramos en la función que provoca el apiñamiento, distinguimos entre:

• Apiñamiento primario: es el tipo de apiñamiento que se da por factores genéticos. En este caso, los dientes son demasiado grandes y están desproporcionados con los maxilares, la mandíbula o ambos.
• Apiñamiento secundario: se da por causas locales, por la pérdida de un diente de leche de forma prematura ya sea por un golpe, por una caries o por malos hábitos infantiles como el uso de chupete, la succión del dedo pulgar o el empuje de los dientes con la lengua.
• Apiñamiento terciario: también llamado apiñamiento por recidiva, es el apiñamiento causado porque los terceros molares (muelas del juicio) mueven los otros dientes. También se puede dar por no usar correctamente los retenedores una vez se ha terminado el tratamiento con ortodoncia.

¿Cuáles son las causas del apiñamiento dental?

Como se mencionó anteriormente, las causas del apiñamiento pueden ser diversas. Pero a grande rasgos se dividen entre los factores genéticos y los locales.

Los factores genéticos son los que causan el apiñamiento primario. Puede ocurrir que la arcada dental sea demasiada pequeña con respecto a los dientes o viceversa. También se puede dar una combinación de las dos situaciones anteriores.

En cuanto a los factores locales son aquellos que causan el apiñamiento secundario y terciario. Cuando se pierde de forma prematura un diente de leche, cuando se ejerce fuerza con la lengua sobre los dientes, cuando se succiona el dedo pulgar, se abusa del uso del chupete o del biberón, cuando el paciente sufre bruxismo o cuando erupcionan las muelas del juicio.

Hay que recordar la importancia del uso de retenedores ya que, de lo contrario, se puede sufrir apiñamiento de nuevo por no usarlos debidamente. Esto se da porque los dientes tienen memoria y regresan a la posición donde se encontraban en un principio.

¿Qué tratamientos existen?

Además de la ortodoncia, se usan otras técnicas en los casos más complejos y severos. Las más comunes son la expansión y el stripping, para ganar espacio. El stripping consiste en pulir el diente para reducir su tamaño y así dejar espacio a otros dientes. Posteriormente, se usará ortodoncia para que todos los dientes estén en su posición. En los casos en los que estas técnicas no sean suficientes porque el apiñamiento supera los 8 milímetros, se recurre a la exodoncia. La exodoncia se practican extrayendo algunas piezas dentales. Las piezas que más comúnmente se extraen son los premolares, los incisivos inferiores y las muelas del juicio. Estas últimas para prevenir un posible apiñamiento. Cuando se practica una exodoncia es necesaria también una ortodoncia para que los dientes no vuelvan a su posición inicial.